EL LUGAR DEL REY DE COPAS

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sábado, 14 de mayo de 2011

LA HISTORIA NOS AVALA


El Torneo Metropolitano de 1980 fue la primera y única vez que Independiente coqueteó bien de cerca con el descenso. En aquel año y tras perder en el Amalfitani frente a Vélez, el equipo era despedido por una catarata de insultos. El dato de color de ese tiempo, lo aporta el hecho de que el Rojo peleaba la permanencia frente a All Boys, Tigre y Quilmes (cualquier similitud con la realidad actual es pura coincidencia).
Hoy, algo más de treinta años después, los Diablos Rojos vuelven a enfrentarse a uno de los momentos más difíciles de su historia. Claro que salvando las diferencias, puesto que en aquella época el club no estaba en la situación actual, institucionalmente hablando.
Encontrándonos solo un punto por encima de la Promoción, debemos viajar a Bahía para visitar a uno de los tres equipos que hasta hoy comparten el podio del Clausura, rival directo en esta lucha por quedarse en Primera y que consciente de ello, planifica, organiza y ejecuta más que satisfactoriamente los partidos.
En lo propio, los dirigidos por Mohamed demostraron una fragilidad psicológica muy particular, en comparación con el último semestre de 2010 donde consiguieron alzar la 16º copa del club. Olvidando repentinamente esa mística que parecía recobrar Independiente luego de años de sequía, simulando volver a copar el ámbito tanto local como internacional y retomar la pelea de cosas importantes.
Todos esos sueños construídos en apenas algunos meses de trabajo del DT lograron esfumarse en casi la misma cantidad de tiempo, al decretarse la pelea en la zona baja hasta el final. Muchos pueden ser los factores que impulsaron el brusco cambio, pero inexplicable resulta ser la falta de identidad con la que hoy juega los partidos el Rojo, cuyos jugadores por momentos parecen deambular las canchas sin ideas, pero lo que es aún peor, sin actitud.
Ilusionaba escuchar con la llegada del Turco la frase ¨EL ESQUEMA SE NEGOCIA, LA ACTITUD NO...¨, se vislumbraba un cambio de forma netamente positiva, el cual cobró gran impulso con la victoria en el derby (partido del debut del entrenador). Lo que siguió fue una consecuencia más que lógica, viendo el avance en Copa y el consiguiente fracaso en campeonato. Por esos tiempos eso no importaba, dado que el alzar un nuevo título internacional relegaba cualquier urgencia en el fútbol local.
El ingreso a la fase de grupos de la Copa Libertadores y la posterior categórica victoria sobre Peñarol presagiaban un gran semestre teñido de rojo, pero todo comenzó a tambalear. Luego de iniciados sendos certámenes, la duda invadió Avellaneda y nunca se terminó de decidir por un camino, si Copa o Campeonato.
El desenlace de esa historia es conocido. Eliminación tempranera de la máxima competencia a nivel continental y padecimiento en el torneo nacional. Como contrapunto, una vez más, la ilusa ilusión de todos nosotros (los hinchas) afloró. El pensamiento popular indicaba un nuevo razonamiento lógico, el cual indicaba que con un gran plantel para una sola competición, debíamos ser ,al menos, protagonistas de punta a punta.
Claro está, que muy lejos quedamos de luchar por el título, también aún de mostrar un fútbol vistoso y lo que más duele aún, son las palabras llevadas por el viento (nos referimos a las pronunciadas por Antonio Mohamed al arribar al club, mencionadas más arriba).
Sin más expectativas de algo grande hasta el próximo semestre, hoy vamos a Bahía Blanca a buscar tres puntos que apaguen el fuego del mismísimo infierno. Tres puntos que no conseguimos desde hace cuatro fechas (en las cuales cosechamos tres empates y una derrota). Visitamos nada menos que a Olimpo, quien marcha 3º en este campeonato con siete puntos más que el Rojo.
La data tranquilizadora la conseguimos con solo mirar el historial, que dice que nos enfrentamos en 11 oportunidades al equipo bahiense, con 8 victorias, dos empates y solo una derrota, marcando 21 goles y sufriendo apenas 7. En Bahía Blanca disputamos 5 partidos, de los cuales festejamos en 4 y perdimos en una oportunidad.
La máxima goleada de Olimpo como local sobre Independiente (su única victoria) data del año 2003, con un marcador final de 3 a 0, mientras que la del Rojo como visitante marca un 3 a 1 en el año 2008.
La única y última victoria de Olimpo sobre Independiente fue hace 8 años (contando algunas interrupciones en este encuentro por el descenso del equipo local).
Si hablamos de la actualidad, hay que decir que el conjunto de Bahía suma 22 puntos, de los cuales, como local solo cosechó 9, con dos victorias y tres empates, anotando 10 goles a favor y 9 en contra.. Mientras que los de Avellaneda, suman 16 puntos, solo 6 adquiridos en condición de visitante, acumulando una victoria y tres empates, con 4 goles a favor y 8 en contra.
Claro que desde las 18:10 cuando Pablo Lunati haga sonar su silbato todos los datos pasarán a un segundo plano y solo importarán los hechos. Pero debemos estar tranquilos que, al menos, aún la historia nos avala.

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