Este plantel no sabe de descanso y mucho menos de dormir en los laureles. Saben que aún quedan objetivos por cumplir, para los cuales no hay respiro y toman el esfuerzo como estandarte. Con el trabajo como receta de cabecera, buscan seguir engrosando el promedio, pero ni siquiera la irregularidad empaña la ilusión de pelear hasta el final.
Por eso, anoche, el plantel volvió a entrenarse en el gimnasio Bottaro, ya pensando en lo que viene. Estar en el tren de los de arriba, dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad y encontrar a los Rojos en la quinta ubicación de la tabla.
Esa escala de posiciones, es el fiel reflejo del sacrificio y el amor propio, resurgido en cada uno de los jugadores y amalgamado por el cuerpo técnico, con Juan Hermida a la cabeza. Ese tren de la alegría, encuentra su próxima estación el domingo, cuando desde las 21, Independiente reciba a Juvencia, un equipo accesible, al menos en los papeles.
Para esa parada, ya comenzó el trabajo que busca convertir el tren en un expreso y descontarle puntos a los de arriba. También empezó el trabajo del cuerpo técnico, quien ya empieza a diagramar el pleito. Un entrenamiento que posó su interés en la parte ofensiva (a su vez trabajando la defensiva) y concluyó con fútbol libre, marcó esa hora y media a puro ritmo.
Para no bajarse del tren y quedar a pie, continúa el arduo trabajo que poco a poco muestra sus frutos. Pensando en lo que sigue sin dormirse en lo que pasó, y conscientes de que todo sacrificio tiene su rédito, el Rojo sigue trabajando para agrandar aún más la gloria del club.
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