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lunes, 2 de mayo de 2011

DALE ROJO QUE NO HA PASADO NADA

El futsal de Independiente cayó ante su par de Racing por 5 a 3, en un partido friccionado y hablado por demás. Los jueces del encuentro terminaron redondeando una mala tarea, influyendo directamente en el resultado.

Partido caliente si los hay. Donde las revoluciones van a mil, y una chispa puede encender una fogata. Este clásico, disputado en futsal tras siete años de ausencia, no fue la excepción. En un encuentro que nada tuvo que envidirale a los del fútbol profesional, el Rojo cayó contra Racing por 5 a 3, aunque el resultado sea engañoso.
Es que los dirigidos por Juan Manuel Hermida disputaron un gran partido (desde la actitud hablando), tomando la iniciativa y yendo a buscar el resultado. Cierto es que estos partidos se juegan con el corazón, más que con los pies. Y así lo entendieron y contendieron los Rojos, quienes injustamente se quedaron con las manos vacías. 
Con los roces habituales de este tipo de encuentros y las pircadías a flor de piel, ambos equipos encararon el pleito. La primera mitad, mientras muchos estaban pensando en La Boca, encontró un juego dinámico, y fue, donde la Academia encontró la primera ventaja. Con el 1 a 0 en contra, Independiente se fue al descanso, intentando cambiar el rumbo en la segunda parte.
Segunda mitad, que encontró todas la emociones juntas. Puesto que con goles de Ruiz y Maxi Poggio, los de Hermida tomaron ventaja en el marcador.  Resultado que tranquilizaba y permitía manejar el partido.
Pero al ratito nomas de estar arriba, Independiente se quedaría un rato con uno menos, por la expulsión de Pato Loureiro, nada más y nada menos que el goleador del equipo, quien jugó más con el corazón de hincha que con la cabeza de jugador, y se fue a las duchas por realizar gestos a la tribuna visitante.
Cuando promediaba el complemento, llegó el baldazo de agua fría. Remate de media distancia y gol de Racing (los jueces demoraron en convalidarlo). Paridad injusta, viendo el trabajo y el despliegue de uno y otro. De ahí en adelante el partido ya no fue partido, y los jueces se encargaron del resto.
Tras el tercer gol del conjunto albiceleste, el autor (su arquero), debió ser inmediatamente expulsado por gritar el tanto a los hinchas de Independiente. No fue así, lo que provocó la reacción de Federico D´otolo, quien vio la roja, al igual que el Uno de Racing, aunque esta última fue a destiempo.
Ya jugado en ataque y con un jugador de campo como arquero, los del Rojo fueron en busca de la igualdad. Igualdad que no llegaría, ya que solo habría tiempo para que la Academia estire su ventaja en dos tantos más y el posterior descuento encontrado por Souto.  Un 5 a 3 inmerecido, que suena a un golpe duro en vista del partido realizado.
Tranquilos pueden dormir Hermida y sus muchachos, con la conciencia limpia de que realizaron un dignísimo partido, jugado con el corazón de hinchas que se le pide a cualquiera que viste nuestra casca. Y si el resultado no fue el esperado, fue solo por una cuestión que parecía que el Rojo no debía ganar el partido.

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